
“Si el contenido del programa es de cierta calidad, puede contrarrestar hasta cierto punto, o incluso deshacer, el efecto adormecedor del medio de la televisión. Hay algunos programas que han sido de gran ayuda para muchas personas, les han cambiado la vida para bien, les han servido para abrir el corazón y les han ayudado a alcanzar el estado de consciencia. Hay incluso ciertas comedias que, aunque no tratan ningún tema en particular, son espirituales sin saberlo porque nos muestran una caricatura del ego y de la sinrazón humana. Nos enseñan a no tomarnos demasiado en serio, a vivir la vida con despreocupación y, por encima de todo, enseñan por medio de la risa. La risa es extraordinaria como factor liberador y también curativo. Sin embargo, en la mayoría de los casos, la televisión continúa bajo el control de personas totalmente sometidas al ego, de tal manera que continuamos bajo el control de esa segunda intención de adormecernos, es decir, de sumirnos en la inconsciencia. Sin embargo, el medio de la televisión encierra un potencial enorme, todavía inexplorado.”
La televisión “induce una especie de estado de trance y mayor susceptibilidad, parecido al de la hipnosis. Es por eso que es ideal para manipular “la opinión pública”, como lo saben los políticos, los grupos de interés y los anunciantes. Es por eso que pagan millones de dólares para sorprendernos inermes en ese estado de receptividad. Buscan reemplazar nuestros pensamientos por los de ellos, y por lo general lo logran.”
“Debemos evitar los programas y los comerciales que nos agreden con una secuencia acelerada de imágenes que cambian cada dos o tres segundos o menos. El exceso de televisión y de esos programas en particular es el causante en gran medida del trastorno del déficit de atención, una disfunción mental que afecta a millones de niños del mundo entero. Esos períodos breves de atención se traducen en percepciones y relaciones vacuas e insatisfactorias. Todo lo que hagamos estando en ese estado carece de calidad, porque la calidad requiere atención.” (Tomado del libro “Una Nueva Tierra” – Grupo Editorial Norma).
Más información sobre el autor en http://www.eckharttolle.com/
LOS CONTENIDOS DE LA TELEVISIÓN ¿QUIÉN LOS REGULA?
Los contenidos de la televisión abierta los deciden los propietarios de los canales pero son regulados por la Comisión Nacional de Televisión – CNTV, que constituye la máxima autoridad colombiana en esa materia, aunque su control no es preventivo sino a posteriori, porque no existe la censura previa. También controla el servicio de televisión por cable. Usted puede reclamar en la página Web de la CNTV http://www.cntv.org.co/
Es interesante la encuesta de la Universidad Javeriana sobre el particular, que puede consultarse en el enlace http://www.javeriana.edu.co/Facultades/comunicacion_lenguaje/website/noticias/documentos/ENCUESTA_CNTV_cyl.pdf Véase también: http://www.fluvium.org/textos/familia/fam118.htm
¿BASTA CON CAMBIAR DE CANAL O APAGAR LA TELE PARA PROTESTAR POR EL CONTENIDO DE UN PROGRAMA DE TV?Como en la película “Click” protagonizada por Adam Sandler, si usted tuviera un control remoto “universal”, ¿controlaría su universo, es decir, su propia realidad?. Al menos puede intentar controlar la versión de la realidad que le ofrece la televisión mediante el zapeo o zapping, definido como el acto de saltar programación o canales en la tele. Pero a zapear no puede reducirse el papel del telespectador para modificar el contenido de los programas, cuando no le satisfacen. No basta con quejarse individualmente ante la CNTV para expresar no conformidad o solicitar que un determinado programa salga del aire. Si las programadoras se basan en el raiting, hay que enfocarse en reducir la sintonía significativamente, con campañas que corresponden a la LIGA DE TELEVIDENTES COLOMBIANOS para exigir balance informativo y contextualización de las noticias, no hacer énfasis en el morbo de la violencia, no trivializar las amenazas de contaminación ambiental y sancionar los concursos, telenovelas y realitys que fomentan la estupidez, la discriminación y el irrespeto a la dignidad humana, como los que inducen por ejemplo, a que un concursante deba comer grandes bocados de papel periódico con salsa de tomate o confesar sus íntimas miserias ante las cámaras para "ganar puntos" o dinero. Enlaces sugeridos http://fundeconsumo.blogspot.com y http://consumoyciudadanía.blogspot.com
